domingo, 1 de agosto de 2010

23.

"Why don't you say so?" All Time Low - "Poppin' Champagne"

23.

Notaba los latidos de mi corazón retumbando en mis oídos, ni si quiera la voz de Alex Gaskarth <3 podía hacerlos callar. Quizá es que los nervios podían conmigo, y me jugarían una mala pasada, seguramente, o quizá era que no sabía que iba a hacer cuando viese a Dougie o a Danny o a Tom o a Harry. Me limpié un par de lágrimas con el dorso de la manga. Esta vez, no lloraba de tristeza, o por algo malo. Lloraba de alegría, porque les volvería a ver, y quizá ellos aun me viesen como aquella chica de Londres y no como otra fan más. Quizá eso había sido lo que más había temido desde ese mes... Que Danny y Dougie se olvidasen de mí.
Era algo dificil de aclarar. Cuando estaba con Dougie todo, exactamente, todo desaparecía, y sólo estabamos nosotros, risas, bromas, abrazos. Todo lo que podía pedir en un chico, Dougie lo tenía.
Con Danny todo cambiaba, todo era más tranquilo, y se podía notar ese "feeling", pero el sentimiento de culpa de él hacia Georgia también existía, porque realmente, yo sabía que él la quería, quizá no como me quería a mí, pero no le gustaba aquella sensación, besarme y después, culparse por haberlo hecho mientras Georgia seguía con él.
Por las revistas que había leído, y las noticias del foro de McFLY y demás páginas webs, sabía que Georgia y Danny seguían juntos, y yo no le culpé. Porque entre nosotros nunca hubo nada, y cuando me fuí, estaba claro que nunca habría nada.
Miré el Ipod, en la pantallita aparecía "Too Much" de All Time Low. Sí, me había enamorado de ellos, me había enamorado de Alex Gaskarth, y quizá eso era un buen modo de aislarme del mundo.
-Nat, mira el nuevo CD que ha conseguido Iván-me dijo Alexander desde el asiento trasero.
Yo me retiré los cascos del Ipod, justo cuando Weightless empezaba a sonar a todo volumen. Yo reí, alegre. Sí, a Iván también le gustaba All Time Low, y todo ello gracias a mí, quién le había pasado canciones y enseñado todo lo que sabía sobre ese grupo.
En el aeropuerto de Madrid, sólo tuvimos que esperar quince minutos, el avión llegaba con retraso, pero eso no supuso ningún problema, porque teníamos habitaciones reservadas. Notaba como mil mariposas volaban en mi estómago, y mis nervios se intensificaban, seguramente, iba a darme algo, lo presentía.
-¡¡Papá, mamá!!-grité al verles salir por la puerta.
Ellos sonrieron y arrastrando las maletas, llegaron hasta donde yo estaba, con una sonrisa en sus labios. Nos abrazaron, y estuvieron encantados de que hubiesemos reservado habitación en algún hotel. Iván, mi padre y yo, metimos las maletas en el coche, y montamos, diez minutos después, estábamos aparcando en el aparcamiento del hotel. Subimos en el ascensor, y nos acercamos a pedir la llave de las habitaciones.
-Bien, ¿cómo nos organizaremos?-preguntó Alexander mirándonos.
-Lo justo sería que Nat tuviese una habitación para ella sola-comentó Iván sonriendo y me miró curioso.-¿Te parece?
Yo asentí con la cabeza, no podía hablar, los nervios podían conmigo. Repartimos las llaves, y subimos a los dormitorios. Tercera planta. En esa planta, estaríamos todos, excepto los chicos, de los cuales desconocía la habitación o habitaciones.
Cuando entré en mi habitación, suspiré aliviada, tirándome sobre la cama. Con la mirada fija en el techo intenté calmarme y sonreí cuando minutos más tarde, lo conseguí. Llamé a Dougie al móvil, y él respondió con una sonrisa.
-Necesito el número de habitación-expliqué riendome.-Si no, la de recepción sabrá que estoy mintiendo.
-Doscientos veinte-contestó.-Estamos en el hotel, así que, no tardes mucho. Te quiero, preciosa.
¿Preciosa? ¿Dónde quedó el "mi niña"? Reí y me encogí de hombros. Fui a la habitación de mis padres, a decirles que iba a dar una vuelta por el hotel, para conocerlo, y ellos me dieron permiso. Bajé las escaleras hacia el segundo piso saltandolas. Sí, los nervios volvían a apoderarse de mí.
Llamé a la doscientos veinte, con una sonrisa en mis labios, que se ensanchó al oír la voz de Danny Jones.
-¡¡Dougie, has pedido comida o algo?!!-inquirió a voces.
-No, no he pedido nada-respondió Dougie.
Intenté no reirme, así que, cuando Danny abrió la puerta, me miró, impresionado.
-¿Sólo vas a quedarte callado, Jones?-pregunté riendome.
-Es que... Creo que me has dejado sin palabras, de nuevo-sonrió de lado, y me abrazó.-Te he echado de menos.
-Y yo, siento haberme ido así, Dan-murmuré mientras intentaba no llorar.-Yo... Tuve que hacerlo.
Limpió las lágrimas que salieron de mis ojos y sonrió alegre.
-Sh, no digas nada-besó mis labios pero yo me separé.-Ups, lo siento, las reglas.
Rió nervioso y besó mi cabeza.
-Voy a ver a Harry y a Tom, entra, Dougie se está duchando, no tardará demasiado.
Yo asentí, besé su mejilla y entré en la habitación, la puerta se cerró. Me senté en la cama, mirando la puerta del baño. ¿Seguiría igual de guapo?

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