jueves, 19 de agosto de 2010

Prólogo. (66)

" The end is when you hope you never say: I've could done it better " - McFLY.

Prólogo.

Dejó las maletas tiradas en la habitación y me sonrió, creí morirme allí mismo, había echado de menos esa sonrisa. Rodeó mi cintura con sus brazos y me besó mientras caminaba hacia atrás, hasta dejarse caer en la cama, conmigo encima.
-Dougie-susurré mientras sus manos se colaron por debajo de mi camiseta subiendo hasta el enganche del sujetador.
-No, ahora no-negó con la cabeza y me besó silenciándome.
Y como tantas otras veces, nos fuimos quitando la ropa, el uno al otro, dejándola caer por la habitación, entre besos, caricias, abrazos. La necesidad que teníamos entre nosotros se podía palpar en el aire, y poco a poco, con su mirada fija en mis ojos, entró en mi, y volvimos a ser uno.
-Te amo, no quiero que lo olvides-susurró mientras acercaba su rostro al mío y besaba mis labios.

Los chicos llegaron tres horas después, quizás habían querido dejarnos un margen de tiempo para que arreglásemos las cosas, o no tenían muy claro que Dougie pudiese retenerme. Pero al vernos bajar las escaleras sonrieron. Tal vez fue el hecho de que yo llevaba puesta la camiseta que horas antes, Dougie había tenido puesta y unos shorts, y que Dougie bajaba sin camiseta con una sonrisa amplia en sus labios.
-Mierdas, te debo veinte libras-murmuró Judd mirando mal a Danny.
-¿Pero en serio no lo sabíais?-inquirió Jones, abriéndose paso entre la gente, cogiéndome y alzándome mientras me abrazaba.-Si te hubieses ido, habría ido a buscarte y te habría matado-me indicó besando mi mejilla.
-No, de momento, la voy a matar yo-comentó Nekane mientras me daba un par de collejas, para después abrazarme con fuerza.- ¿Y cómo les vas a decir que no a la universidad esa?
-Simple, N más O igual a NO-bromeó Tom mientras empujaba a Nekane y me abrazaba.-Si te hubieses ido, me habría quedado sin hija, ¿recuerdas?
Reí y después abracé a Judd con fuerza, que correspondió a mi abrazo del mismo modo.
Luego, Giovanna también me mostró sus ganas de que yo me quedase con los chicos, comentando que yo era como una gran fuente de nueva energía renovable que podía ayudar a los chicos en sus creaciones.
-¡¡Que sepáis que tiene una libreta con canciones!!-exclamó Nekane escondiéndose detrás de Harry.
-Te mataré, futura señora de Judd, lo juro!!-exclamé y reímos.
-Iré a pedir unas pizzas-murmuró Tom mientras cogía de la mano a Giovanna y se perdían yendo hacia la cocina.
-¡¡Esperadnos!!-gritaron Danny y Harry mientras iban detrás de ellos tirando de Nekane.
-Menuda familia-Dougie sonrió y me abrazó.-Me alegro de que estés aquí, conmigo, y de que volvamos a estar juntos.
-Yo también, Poynter-susurré antes de besarle.
Quizá eso no era lo que mi madre habría soñado para mí. Estar encerrada en una casa con cuatro chicos, la novia del que se hacía pasar por mi primo y encima que uno de esos cuatro fuese el chico del que yo estuviese enamorada.
Seguramente, mi madre tampoco se hubiese imaginado que yo negase la beca de una universidad en Los Ángeles, y que prefiriese quedarme estudiando en Londres.
Mi madre no habría querido eso para mí, pero habría querido que yo fuese feliz. Y en esos momentos lo era.
Quizá las oportunidades se muestran mucho antes, pero nosotros las tomamos sin saber si quiera que esas oportunidades puedan cambiarnos la vida. Quizá las oportunidades no son lo que parece, simplemente ocasiones en las que hay que arriesgarlo todo para conseguir el doble.
La verdad es que no me importaba en absoluto saber qué era una oportunidad. Porque yo tenía bien claro que los chicos y Nekane eran mi oportunidad. Y aun a pesar de que había malgastado muchas, estaba segura de que podría aprovechar muchísimo más esa oportunidad que todas las oportunidades del mundo. Así que, sí, estaba segura. El amor era una oportunidad, quizá la oportunidad que más fallos, más ralladuras de cabeza, y más dolores te acarrearía, pero también era la oportunidad que podía cambiar todo en tan sólo un segundo. Y mi oportunidad tenía nombre, Dougie Poynter, él era mi oportunidad de ser completamente feliz.

65

"Make it a sweet, sweet goodbye. It could be for the last time and it's not right." - ATL.

65.

Cerré la maleta, sólo me quedaba coger un avión hasta Londres, hacer las maletas bien hechas, y después ir hasta el aeropuerto a coger el avión que me llevaría a Los Ángeles. ¿En serio iba a ser lo suficientemente fuerte para ello?
Suspiré, eran las cinco de la mañana, y mi avión salía a las ocho, los chicos seguirían durmiendo, así que me apresuré a salir del hotel, sin despedirme. Cuando estuviese en Londres les llamaría, no me gustaban las despedidas, no es que no nos fuesemos a volver a ver nunca, simplemente, me marchaba cuatro años y volvería en los veranos. Quizá no fuese lo mismo, o quizá no pudiese cruzar el "charco" para volver a verles. Pero también es cierto que yo quería a Dougie, más incluso que la última vez, y que eso acabaría conmigo algún día, pero prefería que fuese lejos, lo bastante más lejos de él.
Tomé el primer taxi que pasó por la puerta del hotel, sabía que el aeropuerto quedaba algo lejos del hotel, pero no me importaba, cuanto más lejos, más tardaba, cuanto más tardase yo en llegar, más tardarían ellos en ir a buscarme, porque sólo Dougie sabía que me iba, y quizá se quedase de brazos cruzados, ya le había dicho que me iba para alejarme de él, tan sólo esperaba que lo hubiese cogido en el buen sentido de la palabra.
Pagué al taxista y entré en el aeropuerto, la maleta servía como equipaje de mano, así que no tenía que facturar ni hostias. Recorrí el aeropuerto hasta llegar a la puerta de embarque, tan sólo tenía que esperar a que la abriesen y eso podía tardar un rato bien largo, pero no me importaba.
Tenía ganas de llorar, unas ganas de llorar infinitas que me aprisionaban y apenas me dejaban respirar, pero todo cambiaría cuando llamase por telefono, cuando llegase a Londres, sólo tenía que esperar.
Y las horas pasaron, y cada minuto costaba un poco más tomar esa decisión, pero cuando me senté en el avión, supe que ya no había marcha atrás. Me senté con una señora mayor, pero apenas la hacía caso, prefería mirar por la ventana, el mar, las nubes. Sentirme pequeñita me hacía querer desear ir más arriba, pero no, ahí estaba bien.
Bajé del avión y llamé por teléfono, Danny Jones.
-Danny-dije mientras entraba en la casa.-Estoy en Londres.
-¿Qué? ¿Qué haces en Londres?-exclamó preocupado.
-A ver... Escuchame, pon el móvil en manos libres y reúne a todos.
Pude escuchar un montón de jaleo, así que supuse que estaban todos juntos, y que se habían acercado más aún. Comencé a preparar las maletas mientras el jaleo iba desapareciendo.
-Estamos todos, adelante-murmuró Danny.
-Me voy a Los Ángeles-dije. Silencio, un silencio más aterrador que cualquier otro sonido en ese momento, pero yo tenía que continuar.-Me han ofrecido una beca en la universidad de ciencias de Los Ángeles, y... Estaré cuatro años fuera.
-Pero, Nat, me habías prometido que...-Nekane quería hablar, parecía enfadada.-¡¡Joder, Nat, no es justo!!
-Lo sé, Nekane, sabes que lo sé-me dejé caer en la cama.-Sé que no tendría porque irme, sé que me tendría que dar igual eso, pero ya sabes que no, que es imposible. Y joder, sabes todo lo que me tocaría pasar si me quedase aquí con vosotros.
-No puedes irte, ¡Nat, por favor!-exclamó Harry.-¿En serio quieres irte a Los Ángeles, donde no conoces a nadie, a estudiar?
-No es que quiera, Harry, es que va a ser mejor para todos, creéme-repetí la misma frase que le había dicho a Dougie.-Yo necesito alejarme de ciertas cosas, ciertos momentos, y ciertos lugares. Otro continente es algo nuevo, que ni si quiera he explorado aun.
-¡¡Pero es que puedes estudiar la misma carrera en Londres!!-intervino Tom.-No lo entiendo.
-No pido que me entendais-dije cerrando los ojos.-Sólo pido que os porteis bien, y que respeteis mi decisión. Mi avión sale a las ocho-murmuré mirando el reloj.-Tengo siete horas para preparar las maletas, os cuelgo. Os quiero, mucho, demasiado.
Colgué el teléfono y suspiré, no tenía que entretenerme, tenía que hacer las maletas, y podría hecharme una pequeña siesta, necesitaba dormir algo.

Me levanté a las cuatro y media, había dormido más de lo previsto al parecer. Me preparé y llamé a un taxi, tenía que salir hacia el aeropuerto lo antes posible. Monté en el automóvil y esperé pacientemente a que se detuviese frente a las puertas del aeropuerto, y cuando lo hizo, pagué y bajé. La verdad es que las maletas apenas pesaban, porque la mayor parte de mi ropa estaba en Salamanca, y me la mandaría mi madre al fin y al cabo, y de nuevo no tenía que facturar, de nuevo. Me quedé paseando por el aeropuerto, mientras me dedicaba a vagar por mis pensamientos, las seis y media, tenía demasiado tiempo de sobra para estar allí, así que me senté, a la espera de que fuesen las siete y media que era cuando abrirían las puertas del avión para poder entrar, y a las ocho menos cuarto, cerrarían.
Las horas pasaron lentas, tranquilas, sin problemas.
"Pasajeros del vuelo 815, con destino Los Ángeles, embarquen por la puerta 7."
Ese era mi vuelo, me levanté del banco donde estaba y comencé a caminar hacia los pasillos del aeropuerto, pero una mano me detuvo. Me giré para mirar quien era el culpable, y me quedé sin habla, ¿Dougie?
-Iba a preguntarte qué haces aquí...-susurré mirandole.-Pero supongo que habrás venido a recoger a Frankie.
-Te has equivocado en una cosa, bueno en varias-sonrió.-La principal es que he venido a recoger a alguien, pero no es a Frankie, y la segunda es que yo no estaría bien si tú te fueses a Los Ángeles. Sería el que peor estuviese de todos.
-Me llamarás tonta pero, no lo entiendo-suspiré y le miré.
-He venido a recogerte a ti, porque te quiero, porque nunca he dejado de hacerlo, porque te necesitaba allí, en Latino América conmigo y tú no estabas... Joder, porque desde que te conocí mi vida gira entorno a ti-suspiró y acarició mi mejilla con una mano.-Porque si te vas, no sé que sería de mí, Nat.
Y después de todo eso, después de que las lágrimas empezasen a resbalar por mi rostro, me besó, con dulzura, acercándome más a él, abrazándome, pidiendome permiso para profundizar el beso.
Había añorado eso, sus brazos alrededor de mi cuerpo, apretándome contra él, sus labios, su respiración, le había hechado de menos a él.
"Último aviso para los pasajeros del vuelo 815, con destino Los Ángeles, embarquen por la puerta 7."
-Me he adelantado a los chicos-susurró mirandome a los ojos.-Les dije que no te dejaría marcharte, quédate conmigo, no, mejor aun... ¿Quieres ser mi novia, de nuevo?
-Pero... ¿Y Frankie?-murmuré mirandole.
-La he dejado, ella no era tú, eres única en el mundo, quizá por eso tengo tanto miedo de perderte, de nuevo-y volvió a besarme.

miércoles, 18 de agosto de 2010

64.

" Tell me, tell me what makes you think that you're invencible " - Secondhand Serenade.

64.

Suspiré y miré el fax que me había llegado al hotel de París, no queríamos marcharnos de allí, todo era demasiado bonito en aquella ciudad. Pero a mi me había llegado la hora de irme. Quiero decir, había tomado la decisión de marcharme, porque a mí nada me ataba a ese grupo de chicos y a esas dos chicas. No estaba saliendo con Danny, no estaba saliendo con Dougie. No pintaba nada allí, y eso no iba a cambiar, y yo tenía que tomar esa oportunidad.
Últimamente, todo lo que hacía o me disponía a hacer se basaba en ese fax que sostenía entre las manos, pero ¿cómo hacer lo correcto sin temor a equivocarte? No era posible hacer lo correcto sin temor a equivocarte, porque toda decisión acarreaba fallos, tropiezos, nada me aseguraba que tomar esa oportunidad fuese a salir bien parada.
Porque aunque nada me atase a ese grupo, ellos eran como mi familia, ¿cómo se abandona a una familia para cumplir algo que ni si quiera sabes si va a funcionar? Suspiré y volví a leer el fax por décimo octava vez, me lo acabaría sabiendo de memoria, pero es que un estúpido papel traía tantos problemas...
Me tiré en la cama, dejando el papel por ahí, ni si quiera sabía donde lo había dejado, pero más tarde lo buscaría, bueno, se suponía que más tarde tenía que buscarlo porque la dirección donde tendría que enviar todo estaba en ese estúpido papel.
¡¡Ni que me fuese a Hogwarts a estudiar!! A lo mejor era mejor ir a Hogwarts. Oh dios, ¿en qué estaba pensando? Joder, desvariaba demasiado, ¿no? Bueno, cerré los ojos unos instantes.
-Call me a name, kill me with words, forget about me, it's what I deserve...-susurré mientras miraba el techo.
Llamaron a la puerta, pero no tenía ganas de levantarme para ir a abrir, así que esperé a que fuera quien fuera la persona que estaba llamando, se cansase y se marchase, pero no parecían estar por la labor, así que a duras penas, y con pocas ganas, me levanté de la cama y recorrí la habitación hasta llegar a la puerta. La abrí y sonreí de lado al ver que era Dougie, después di media vuelta y volví a entrar en la habitación, mientras él y Tom entraban en mi cuarto.
-Vamos a ir a dar una vuelta por París, ¿quieres venir?-preguntó Dougie mientras se agachaba a recoger una hoja de papel del suelo, ¡¡mi hoja de papel!!-¿Qué es esto?
Le dio la vuelta y empezó a leer, quise quitárselo pero no me dejó hacerlo, y Tom prefirió escaquearse e irse con Giovanna cosa que veía normal, porque eran pareja y apenas podían verse cuando los chicos estaban de gira.
Yo me di por vencida, me senté en la cama a la espera de que Dougie terminase de leer el fax, pero parecía no creerse lo que estaba leyendo, porque lo volvió a leer desde el principio, y otra vez, así como cinco veces, antes de devolverme la hoja y esperar que le explicase lo que estaba escrito en ese trozo de papel, pero yo no tenía el valor necesario de explicarselo, y él lo adivinó porque comenzó a hablar.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Porque no nos hablabamos-dije como si fuese obvio.-Y porque nadie lo sabe. No... No se lo he querido decir a nadie, porque ni yo sabía si iba a aceptar. Porque podía haber sido un error, Dougie, ¿sabes? No hay mucha gente que reciba una beca para estudiar en la unversidad de ciencias de Los Ángeles.
-¡¡Pero en Londres también puedes estudiar ciencias!!-exclamó mirándome.-Sabes que puedes estudiar lo mismo y más cerca de tu familia.
-Estaré lejos de vosotros-susurré mirándo el suelo.-Será mejor para todos.
-¿Será mejor para todos que te vayas? ¿Crees en serio que será mejor para todos que cruces el Atlántico sólo para estudiar lo mismo pero en otro continente?-inquirió mirándome.
-¡¡Es que parece que no lo entiendes, joder!!-exclamé levantándome.-Quiero ir porque estaré lejos de ti.
Me salió natural, no tenía planeado decirlo así, de ese modo, ni si quiera tenía planeado decírselo, pero él me miró a los ojos y yo aparté la mirada.
-Esos cuatro años que dura la carrera, nos vendrán muy bien a todos-murmuré mirando el suelo.-Tú seguirás con tu vida al lado de Frankie, y yo haré la mía en otro continente, sin meterme en tu vida más de lo que ya he hecho en este último año.
-Nat...-susurró.
-No, creéme cuando te digo que lamento todos los problemas que te he causado y que les he causado a los chicos, lo de Drew, la hermana de Drew y no sé cuantas cosas más-suspiré.-No era mi intención, Poynter. Yo... Da igual. Tienes que irte.
Él me miró una última vez y después salió por la puerta. Sabía que quizá sería la última vez que le volviese a ver.

63.

" Tonight I'm finding a way to make the things that you say just a little less obvious " - ATL.

63.

No sabía como demonios, Harry nos había convencido a todos de ir hasta París, lo habíamos pospuesto todo el tiempo posible, pero ya no nos quedaba de otra opción. Y allí estábamos en París, dos meses después de habernoslos encontrado en Bilbao. No podía decir que no me agradase eso, es más, estaba especialmente emocionada de estar en París con los chicos.
Apoyé mis manos sobre la valla del balcón y miré la torre Eiffel. En ese momento me gustaría gritarle al mundo el por qué las oportunidades se nos concedían cuando menos las necesitabamos. Suspiré y me quedé mirando esa preciosa torre iluminada, haciendo que mi mente se marchase lejos, muy lejos de allí, no sabía a donde, pero necesitaba pensar, plantearmelo todo bien, mejor que bien. Joder, había oportunidades que no se podían rechazar, porque cambiarían tu vida, bueno, todoas las oportunidades cambian tu vida de un modo u otro, y otras muchas, hacen que rompas promesas, y yo no sabía que hacer en esos momentos.
Joder, estaba bien como estaba, con los chicos, en París, con la plaza en la universidad, todo era perfecto... Y yo sabía que podía ser aun más perfecto o acabar todo en completas ruinas si tomaba o no esa oportunidad.
-Pensaba que no había nadie-susurró Dougie desde la entrada del balcón.-¿Te importa si...?
-No, pasa-respondí sin girarme.-Tampoco molestas tanto.
-Gracias.
Le noté situarse a mi lado, mirando hacia la torre eiffel también, era extraño, yo se suponía que no tenía que quererle más, pero él tenía un extraño poder por llamarlo de algun modo sobre mí. Nos quedamos allí, en silencio, el uno al lado del otro, sin rozarnos, sin mirarnos, sin hablarnos.
-Qué... ¿Qué tal te va con Frankie?-pregunté.
Una parte de mí me obligaba a no hacerlo, me gritaba que no quería escucharlo, y quizá tuviese razón, pero otra parte de mí, la que quería volver a llevarse bien con Dougie, me suplicaba que le preguntase, que por intentarlo no iba a perder nada, y yo quería volver a llevarme bien con Dougie, porque ambos queríamos eso.
-Bien-murmuró sorprendido.-Sigue por Estados Unidos y eso... ¿Y tú con Danny?
-Lo dejamos hace tres días-contesté mirando la torre.-Ambos confundimos amor con amistad, supongo que es lo que nos pasó a nosotros...
-Sabes que yo no confundí amistad con amor-dijo mirándome.-Pero vosotros os veis tan bien, quiero decir, no estáis enfadados, no discutis, seguís tonteando...
-Nos atraemos físicamente-respondí a su pregunta no formulada-.Pero eso no quiere decir que nos amemos.
-Ah, ya entiendo-susurró mirando la torre eiffel de nuevo.-Y tú... ¿Lo hiciste con Danny?
-Sí, igual que tú con Frankie-me encogí de hombros sin entender a qué venían sus preguntas.-Eramos novios. Los novios suelen hacer eso.
-Entiendo...-susurró mientras se revolvía el pelo con una mano.-¿Sabes? Aún recuerdo nuestra última vez.
Suspiré, y noté un nudo en mi garganta, genial, ahora Dougie se ponía melancólico, lo que menos necesitaba en esos momentos. Yo también recordaba nuestra última vez, nuestro último beso, nuestro último " te quiero ". Lo recordaba todo, cada detalle con él a la mejor calidad que fuera posible recordar algo.
-Fue nuestra primera reconciliación y nuestra última vez-suspiré y me coloqué un par de mechones detrás de la oreja mientras observaba a las parejas pasear debajo de nosotros.-Y luego, tuve que irme...
-Cierto, luego te marchaste-se giró mirándome.-Y te perdí por segunda vez, porque te necesitaba conmigo y tú no estabas, y cometí un montón de errores que contigo no hubiesen sucedido nunca.
-Cállate-murmuré.-Cállate, Dougie. ¿Vale? Fuiste tú quien decidiste irte con Frankie-me giré para mirarle.-No, no podías pretender que te perdonase de la noche a la mañana, a la gente le cuesta su tiempo cicatrizar heridas, ¿sabes? Y yo, joder, yo realmente quiero volver a llevarme igual que antes contigo, pero como amigos, Dougie.
-Está bien-sonrió levemente, y estiró la mano.-¿Amigos, entonces?
Yo asentí con la cabeza y estreché su mano, pero él tiró de mi hacía si mismo, y me abrazó, y yo respondí a su abrazo, porque le necesitaba, allí, conmigo.

62.

" But dreams only last for a night. " - ATL.

62.

Las semanas pasaron, y los chicos hicieron sus conciertos en España, llenaron las salas. En cambio, Nekane y yo estabamos como locas repasando, estudiando, memorizando para la selectividad, mientras que nuestras cabezas estaba en otro sitio, con los chicos.
Un sábado por la tarde, Nekane había decidido preparar crepês, así que estaba en la cocina, con la música a tope, y desde la terraza se podía escuchar perfectamente. Yo estaba en la terraza, con una pequeña libreta roja y un bolígrafo entre mis labios. Habíamos decidido descansar los fines de semana, sólo por el hecho de tener algo diferente que hacer cada semana. Pero era durante el fin de semana cuando más ideas tenía para cualquier cosa, y apuntaba pequeños detalles que no tenían importancia en aquella libreta.
-Pruebalos-dijo mientras me dejaba un plato con tres crepês en la mesa.-Por favor!
Suspiré y acepté, así que, mordí un poco. Estaba rico, quemaba un poco pero el sabor era bueno, así que no podía quejarme, para una comida que le salía bien...
-Está delicioso-dije sonriente. Cerré la libreta y la puse detrás de mí.-Venga, cuéntame tus preocupaciones mujer.
-Harry ha llamado hoy-empezó, mordió un poco de su crepê, y después volvió a hablar.-Dice que se pasaran por Bilbao antes de ir a de nuevo a Londres, y que quieren que nos vayamos con ellos, que le gustaría ir conmigo a Paris antes de que la universidad nos engulla a las dos.
-Yo sigo sin verle el problema-contesté mientras me terminaba el crepê número uno.-Quiero decir, le ha dado la vena romántica al pobre, para una vez que un chico no piensa con lo que le cuelga...
-Tú eres imposible-exclamó con una sonrisa.
-Es uno de mis muchos encantos-le guiñé un ojo y mordí otro crepê que ya no quemaba tanto.-Mira, ve con Judd, os vendrá bien a ambos alejaros de Londres y pasar un par de días juntos, y mejor, te vendrá genial dejar los estudios por un par de días, te están saliendo canas.
-Bueh, cállate boba, habla la que se pasa los fines de semana enganchada a esa libreta que no me deja ni leer-se burló.
-Toma-le tendí la libreta y sonreí.-Puedes mirarlo.
Fue visto y no visto, Nekane me quitó la libreta de la mano y comenzó a ojear las hojas, de vez en cuando, levantaba la mirada de las hojas y me miraba a mí, pero al rato volvía a concentrarse en las hojas. Diez minutos después hablo, impresionada.
-Son canciones-murmuró mirándome.-Son geniales, Nat!!
-Que va-negué con la cabeza.-Son... Canciones sin música, bueno algunas. No sé, escribo lo que se me ocurre, lo que creo que podría ayudarme...
-Espera, ¿y esto? "I'd do anything, I'd give anything just for one more kiss..."-me miró y levantó las cejas.-¿En qué te va a ayudar eso?
-Eh... En nada-suspiré y miré al cielo.-Lo escribí después de ver Titanic... ¿No te parece una película algo ridícula?
-¿Ridícula? ¿En que sentido?-preguntó mirandome divertida.
-Es decir, el barco hundiendose, y los gilipoyas de la orquesta, tocando. Es como muy... Estúpido. Es como si, McFly estuviese dando un concierto, el escenario empezase a arder, y esos cuatro se quedasen parados en el escenario acabando de tocar "Star Girl". Sería para decirles: Sí, sí, chica estrella, ¡¡estrellados os vais a quedar vosotros!!
Empezamos a reír sin poder parar, me había dado la venada de hacer el payaso por lo visto. Cuando por fin nos calmamos, me tendió la libreta y comió un poco más de su crepê, de su segundo. Yo ya lo estaba terminando.
-Como comas con esa lentitud todo... Judd se va a acabar yendo con kinky bitches eh-bromeé mientras le daba un último mordisco a mi crepê.-En serio, ¿por qué le ves un problema a irte a Paris con Judd? Es bonito.
-Vete a la mierda-exclamó ante mi primera frase, después bebió un poco de coca-cola y respondió a mi pregunta.-No es que le vea un problema, es que me alejará de los estudios y a lo mejor se me olvida algo.
-Creéme, después de pasarte cuatro días con Judd en Paris, lo que menos se te va a olvidar, es la Anatomía-añadí, segundos después Nekane me dio una colleja.-¡Auch! Oye!, Encima que te intento ayudar...
-Si Danny te propusiese eso, ¿qué harías?-inquirió mirándome, curiosa. Puta curiosidad.
-Ir. Directamente, cuatro días, Danny, París, completamente solos... Sólo cuatro días me parecerían pocos-reí y la miré, y ella me miró y sonrió.-Cógete esas vacaciones, París, la ciudad del amor... A lo mejor podríamos ir todos, incluidos Poynter y la noviecita esa...
-Está de gira en Estados Unidos, Nat-me recordó mirándome de nuevo.-¿Ahora ya le llamas Poynter? Antes le llamabas ese "bajista gilipoyas"-rió divertida.-Bueno, al menos sigues teniendo educación, que eso no es poco.
-Lo sé, lo sé...-suspiré exageradamente.-Le daré gracias a mi madre por esa educación tan bien dada.
-Que estúpida eres...-rodó los ojos.-Pero te quiero igual.
-Ya faltaría, que sea igual de estúpida que tú y encima no me quieras.
-Ah!! Que mentirosa eres, yo no soy estúpida-se quejó.
-I've never told a lie, and that makes me a liar-tarareé para después, sacarle la lengua.-Anda, vete a llamar a Juddito y dile que vas a París, te estás muriendo por hacer ejercicio sobre los muelles de alguna cama francesa.
Otra colleja, ¡¡¿últimamente sólo me llevaba collejas o qué?!! Pero después Nekane recogió los platos y los metió en la cocina, sin darme tiempo a replicar, así que supuse que se habría ido a llamar a Judd. Sonreí y miré el cielo con algo de nostalgia, añoraba llevarme bien con Dougie Poynter, pero ninguno habíamos hecho nada por intentar solucionar aquella pelea, ni si quiera nos hablabamos, y yo no había vuelto a saber nada de él desde que los chicos se fueron de Bilbao.
Todos cometemos errores, quizá el mío fue quererle, quizá el suyo fue no decirme que estaba saliendo con Frankie, de todos modos, sólo había que tomar algo de tiempo para que las cosas se suavizasen y pudiesemos hablar con calma, o eso es lo que me había dicho Fletcher.

61.

" I remember how you taste " -ATL

61.


-Venga, Nekane, tampoco te arregles tanto-exclamé mirándola.
No paraba de observarse en el espejo, retocarse el pelo o el maquillaje, estaba realmente nerviosa, podía notarlo. Se giró para mirarme, como si me estuviese pidiendo el visto bueno. Desde que Harry le había dicho que tenían que ir a cenar juntos y que habían cambiado la fecha del concierto por ella, Nekane estaba aun más orgullosa y más nerviosa.
-A ver, relaja-murmuré haciéndola sentar en la cama.-Tus padres se han ido. Harry te viene a buscar en media hora. Relajate por favor...
-Ya pero... No puedo, ¿qué crees que me va a regalar?-preguntó mirandome a los ojos.
-Un buen polvo para desestresarte, lo necesitas-comenté, y ella me dio una colleja mirándome mal.-¿Qué? Es la verdad, ya verás...
Me tiré en la cama supletoria mientras ella seguía caminando de un lado para otro, no podía quedarse quieta, yo sólo rogaba al cielo porque Judd apareciese pronto, si no, a Nekane le iba a dar algo.
Por fin, tocaron al timbre, y Nekane casi salió corriendo hacia la puerta, yo fui detrás de ella riéndome, se llevó por delante un montón de muebles, y empezó a gritar preguntado quién los había pues ahí, pero cuando por fin llegó a la puerta se calmó por completo. Judd estaba guapísimo, llevaba un traje y sonreía alegre. Les obligué a que se marchasen, y detrás de Harry apareció Danny, que los vió bajar sonriente.
-Hola-saludé mirandole desde la puerta.-¿Soy invisible o algo?
-Que va-respondió cogiéndome de la cintura y besándome.-¿Y qué vamos a cenar?
-¿Pizza?-le miré sonriéndo.
-Sí, es una buena opción-murmuró mientras besaba mi cuello con suavidad.-¿La pides?
Asentí y me separé de él mientras cogía el teléfono y llamaba al telepizza, pero Danny no quería estarse quieto, besó mi cuello y lo mordió, se lo estaba pasando en grande mientras yo pedía la pizza. Colgué el teléfono y giré en sus brazos mirándole.
-¿No puedes esperar a que cenemos?-pregunté rozando sus labios con los míos.-Tengo hambre.
-Y yo, pero de ambas cosas-rió y besó mi frente.-¿Y si ponemos una película?
Asentí a su pregunta y le llevé hasta el salón.
Estuvimos viendo un par de películas mientras cenabamos, y después, Danny insistió en que quería ver el dormitorio de Nekane para cotillearlo. Así que no me quedó más remedio que llevarme, me senté en la cama supletoria mientras él miraba por la ventana, miraba las guitarras y demás.
-Es bonita-dijo simplemente, y después se sentó a mi lado.-Pero no te gana.
Le abracé y besé su mejilla, luego, finalmente, me tumbé.
-¿Tú que crees que estaran haciendo Harry y Nekane?-preguntó Danny mientras se tumbaba conmigo en la cama supletoria y me miraba sonriente.
-Darle ejercicio a los muelles del colchón-respondí y ambos reímos.
-A lo mejor deberíamos empezar a hacer lo mismo, ¿no?-murmuró mientras besaba mi cuello.
Reí y le besé, y él me respondió, con necesidad. Lentamente, se situó encima de mí, mientras sus manos se colaron por dentro de mi camiseta, acariciando mi piel. Le quité la camiseta como pude, mientras él desabrochaba mis pantalones, estabamos en ello, cuando mi móvil sonó, así que miré quién era, Tom, pero ante las negativas de Danny, respondí.
-Tom... ¿Por qué me llamas?
-Creo que Judd y Nekane han roto la cama, Nat...
Lo tenía en manos libres, así que Danny y yo nos miramos y empezamos a reírnos.
-Iba a decirte que menuda manera de cortar el rollo, pero es que es demasiado buena joder.
Danny seguía riéndose, se quitó de encima de mi y se tumbó en la cama, mientras se carcajeaba, era tan mono cuando se reía. Me quedé mirándole mientras Tom seguía hablando.
-Va enserio Nat-repitió Tom.
-A ver, vale que Nekane está gorda, pero ¿para romper una cama?
-Ha sido la pasion del momento, joder-exclamó Danny mientras intentaba quitarme el telefono.-Vale. If you listen to the things that your friends say you're gonna be lonely...
Lo último lo tarareó mientras se levantaba de la cama, pero le agarré y cayó encima de mi.
-Tom, luego hablamos-comentó Danny mientras colgaba el teléfono.-¿podemos continuar?
-¿Así que lonely, eh?-reí mientras besaba su cuello.-¿Muy lonely?
-No demasiado-rió y continuó besándome.-No puedes imaginarte las ganas que tenía de ti.
Fue sólo un susurro, pero consiguió que se me erizara la piel. Poco a poco, con suavidad, sin prisa, la ropa fue acabando en el suelo de la habitación, y poco a poco, él fue entrando en mí, hasta que finalmente, sólo fuimos uno.

martes, 17 de agosto de 2010

60.

" Sick little games ". - ATL.

60.

-Oye Doug, ¿y Frankie ya se ha ido?-preguntó Tom mirándole.
Creo que todos le miraron, excepto yo, que encontraba más interesante mis nuevas convers. Eran rojas, preciosas, y les había cambiado los cordones, poniéndoselos negros. Sí, estaban quedando super bonitas, sólo me faltaba pintar la puntera con algún rotulador permanente y poner cosas guays, luego la gente podía llamarme lo que quisiese.
Pero aunque seguía perdida en mis pensamientos, no pude evitar escuchar lo que Dougie dijo.
-Sí, tenía que irse a Estados Unidos de gira con el grupo, estarán por allí un par de meses...-respondió con tranquilidad.-La echaré de menos, pero hablaremos todos los días.
-A no ser que empieces a salir con otra-comenté en voz baja mientras seguía explorando mis zapatos.
-¿Qué has dicho?-inquirió molesto Dougie mirándome.
Me separé de Danny y aguanté su mirada. Dougie me miraba directamente a los ojos, estaba molesto, el tono de su voz, la forma en la que me miraba.
-A no ser que empieces a salir con otra-repetí con toda la calma del mundo.-Pero si lo has oido perfectamente, no sé para que quieres que te lo repita. Porque si necesitas darte cuenta de que eres un falso y un cínico, te lo digo directamente. Creéme, no tengo ningún problema, Poynter.
-Mira Nat, yo no te he faltado al respeto en ningún momento y no...
-¿Y no qué?-exclamé molesta.-¿No piensas tolerarme que sea sincera contigo? ¡Claro que me has faltado al respeto, Poynter! No seas tan falso, ¡por Dios! Ocultar la verdad es faltar al respeto, mentir, es faltar al respeto. Pero no pasa nada, dejemos que el señorito Poynter decida que es faltar al respeto y qué no lo es. Así seguro, que todos salimos ganando.
No respondió, lo sabía, me miraba fijamente a los ojos, pero ya no había podido aguantarme más. Me di media vuelta y salí de la habitación dando un portazo. Suspiré y me metí en el primer ascensor que vi, y mientras las puertas se cerraron, alguien puso su pie, haciendo que se abriesen de nuevo, y sonreí de lado al ver a Danny. Él sonrió, limpió mis lágrimas, ni si quiera sabía que había estado llorando. Y me besó, con dulzura, suavemente, lentamente. Pasé mis brazos por su cuello, y él rodeó mi cintura, pegándome a su cuerpo. Necesitaba eso, necesitaba a Danny Jones, porque Dougie Poynter era historia, o al menos eso quería aparentar.
-Te sigue queriendo-susurró cuando nos separamos, apoyó su frente en la mía y sonrió levemente.-Y tú a él.
-Pero él tiene a Frankie y yo a ti, salgo ganando-respondí besándole de nuevo.-Te quiero.
-Y yo-sonrió y besó mi frente.-Vamos a dar una vuelta.
Tiró de mi fuera del ascensor, y salimos del hotel. Empezamos a dar vueltas sin rumbo por las calles, hacia buen tiempo y Danny conseguía hacerme sonreír con facilidad, quizá por eso, en los últimos meses había echado tanto de menos su compañía. Se reía de las cosas más estúpidas, y lo peor era que su risa era contagiosa, así que yo también me reía.
-¿Sabes?-dijo mientras me compraba un helado.-Siempre he pensado que elegiste Forget All You Know en Australia porque te recuerda un poco a nuestra historia.
-Ah, pero ¿que tenemos una historia?-me burlé mientras cogía mi helado de nata.
-¡Claro!-exclamó sonriendo.-Una historia que empezó en Londres, y sigue funcionando hasta ahora, tú piénsalo.
-Sí, la verdad es que tienes razón-comenté mientras me llevaba el helado a la boca.-Would you hate me if I don't believe you? Is hard to love you from the signs I get from you...
-Would you trust me if I say that I love you?-susurró en mi oido.-Es como nuestra historia. Sólo que ahora... Has cogido la oportunidad, y te haré olvidarte de todo.
Sonreí al notar sus labios besar el hueco de mi oído y me estremecí.
-Bueno, continuemos-comenté mientras le agarraba de la mano y sonreí.-Y ¿qué más has pensado estos últimos meses, Dann?
-En lo divertido que hubiese sido llevaros de gira, aunque viéndolo desde mi punto de vista, si te hubiese llevado de gira, Dougie nunca hubiese estado con Frankie y esto no hubiese pasado, así que supongo que ha sido mejor que no te llevasemos-sonrió y besó mis labios, sonriendo.
-Eres bobo-comenté riéndome.-Y un egoísta. ¡¡Sólo piensas en ti mismo!!
-No, no-negó con la cabeza.-Últimamente, sólo pienso en ti.
Sonreí y le abracé. Estaba feliz, era extraño, y ni si quiera me acordaba de Dougie, era una manera rara. Danny estaba haciendo que me olvidase de todo, y bueno, quizá es que durante esos últimos meses, yo no había querido tanto a Dougie como esperaba, quizá eso de " la distancia es el olvido " era verdad.
-¿Y cómo es que quieres ir a estudiar a Londres?-preguntó curioso, mientras volvíamos al hotel.
-Es que en España, criminología no es que tenga muy buena salida, y no es que te den muy buena educación, pero en Londres al parecer, sí. Y como Nekane quiere irse para estar cerca de Judd, pensé que quizá era mejor que yo también fuese con ella, y ambas podíamos hacer lo que queremos sin estar solas en aquel sitio. Pensé en no ir, la verdad, pero un tal Danny Jones me hizo cambiar de opinión-expliqué.
-No le conozco, me han dicho que es un tipo muy simpático-comentó sonriendo mientras me miraba.-Y un as en la cama.
Solté una carcajada al escucharle y me encogí de hombros, mordí el cucurucho de mi helado, y después le respondí, evitando reírme.
-¿En serio? Yo no lo he probado, la próxima vez que estemos solos se lo comento...
-A lo mejor hace que esteis solos en cuanto tenga la oportunidad, piénsalo, sería una gran ocasión, ¿No? ¿Creés que yo le gustaría?
-No sé...-reí ante su última frase.-Sí, yo creo que le van los tíos, pero no se lo digas...
-No tiene sus dudas, ¿vale?-comentó descendiendo su mano desde mi cintura hasta mi culo.-Y te lo puede demostrar cuando quieras.
Solté una carcajada sin poder evitarlo y besé su mejilla, mientras tiraba el helado derretido a una papelera, tanto hablar traía sus consecuencias. Entramos en el hotel y nos dirigimos hacia los ascensores, cogimos uno que estaba totalmente vacío y pulsamos el botón de la quinta planta. Llevabamos fuera hora y media, y había dado para muchas cosas. Recorrimos el pasillo y Danny llamó a la puerta, Tom nos abrió y nos dejó pasar. Danny se sentó en la cama y me hizo sentarme sobre sus piernas mientras Harry seguía hablando.
-El próximo concierto será en Madrid, y el último en Barcelona, después seguiremos por Francia, Alemania... Vamos, esta es la primera parada de nuestro Tour Europeo, pero por vosotras eh-sonrió y besó a Nekane con ilusión.-Nos vamos mañana por la noche, ya sabeis, el 26 es el cumpleaños de Nekane, es decir, mañana... Y bueno, queríamos estar aquí para poder felicitarla.
Sonreí al ver como Nekane le abrazaba, pero Dougie parecía estar en sus propios pensamientos, porque tenía la mirada fija en la mano que Danny tenía sobre mi cintura.
-Entonces, eso significa... ¿Que haremos fiesta?-quiso saber Danny mirando a Harry sonriente.
-No-rió.-Eso signfica que voy a invitarla a cenar, y que a Tom le va a tocar irse a dormir con Dougie y contigo, así que ya podréis apañaros como podais...
-Tom puede dormir con Dougie-exclamó Nekane.-Mis padres mañana se van a Laredo todo el fin de semana y hasta el lunes no regresan... Podríamos hacer la cena allí, yo te ayudaría.
-¿En serio quieres ayudarme? Sería una gran ayuda, porque soy super malo cocinando-Judd sonrió.-Y así Danny y Nat pueden quedarse aquí.
Yo sonreí y besé la mejilla de Danny, la verdad es que la idea me gustaba, para que negarlo.
-Oye, por mí, cualquier cosa por hacer feliz a Nekane-reí.
-Entonces trato hecho. Os vemos mañana, yo te llamo para darte la dirección-Nekane le dió un último beso a Harry, me dejó despedirme de Danny y me sacó de la habitación casi a rastras-