martes, 10 de agosto de 2010

37.

"You're the taste of something sweet and I'm tangled in the sheets" - ATL. "Holly".

37.


Me desperté sobre las once de la mañana, porque el móvil de Dougie estaba sonando, él también lo oyó, se desperezó y lo alcanzó. Se quedó escuchando un par de minutos, después un "ajá" y "ok" y un "nos vemos luego". Besó mis labios y se levantó de la cama.
-Eran los chicos, se quedaron a dormir en casa de Dallas, así que irémos más tarde al estudio-me explicó.-Voy a ducharme.
Y se dispuso a salir, pero antes de que se alejase demasiado de la cama, le agarré de la muñeca y tiré de él hacia mí, hacia la cama. Cayó sobre mí, evitando aplastarme. Podía notar el calor de su cuerpo, su aroma, y sus ojos fijos en los mios.
-Prefiero que te quedes aquí-respondí a su pregunta muda y asentí antes de besarle.
Nuestros labios se acariciaban despacio, ninguno tenía prisa. Noté la mano de Dougie acariciando mi mejilla al tiempo que profundizaba el beso y nuestras lenguas se encontraban.
Sus manos apoyadas en mi cintura, se colaron un poco por debajo de mi camiseta, y Dougie me miró a los ojos, pidiéndome un permiso silencioso que yo le entregué. Sus brazos rodeandome, mientras él lanzaba mi camiseta al suelo, su piel desnuda rozando la mia, el sabor a mar todavía impregnado en su piel. Su desquiciante lentitud con la que me desnudaba, mis ansias de volver a probar sus labios una vez más. Besos, más besos, caricias, susurros. Amor, o al menos eso se suponía que era.
Besó mis labios, me miró a los ojos.
-¿Está usted enamorado de mí?-pregunté con la voz agitada.
-Loca y completamente, sí-y sonrió, me besó.-Te amo.
Y todo fue tan natural, tan sencillo... Fue mejor que bien, como él había prometido.
Él y yo, uno sólo. Ahora si podría decir que yo era suya, y que él era mío, absolutamente mío.

-No ha estado mal, eh-su voz divertida, sin complejos, natural, me hizo sonreír.
-Sencillo, bonito-me giré y besé sus labios.-Te amo.
Él sonrió, abrazándome, con fueza, con suavidad, con cariño. Nuestros labios chocaron una vez más, una sonrisa, una mirada.
-Vamos a ducharnos-determinó Dougie riéndose, se levantó, levantandome a mi con él.
Me agarré a la sábana, que finalmente, acabó siendo arrastrada por todo el pasillo, hasta llegar al baño. Dougie encendió el agua, me arrinconó contra la ducha, haciéndome entrar en ella.
Noté el agua caer sobre nosotros, pero yo sólo podía ver a Dougie, allí delante, el cuerpo empapado, el pelo goteando.
-Dougie-susurré pasando mis brazos por su cuello, besándole con lentitud.
Me elevó un par de centímetros del plato de la ducha, continuando el beso, profundizándolo, saboreandolo.
-Dime...-repitió él, en el mismo tono de voz, con nuestras frentes pegadas y el agua aun cayendo.
-Ha estado mejor que bien-sonreí y él también.
Y nos besamos de nuevo, dejándo que el agua se llevase cualquier rastro de mar, de sudor. Dejando que el agua nos limpiase, mientas el vapor ascendía, rodeándonos. Y sí, nos reímos, y Dougie empezó a hacer dibujitos en el cristal de la mampara, y besó mi cuello, quitando todas las gotas de agua que descendían.
-Danny fue un idiota al dejarte escapar-susurró en mi oído, con voz dulce.-Yo no lo haré.
Y una promesa no formulada, y un par de sonrisas regaladas. Porque sí, me estaba enamorando, cada vez un poco más de ese chico, del bajista de McFly.
De mi novio.

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