domingo, 15 de agosto de 2010

51.

" You and I, we're an overnight sensation " - ATL.

51.

Los chicos llegaron tarde, sobre las dos de la madrugada, yo no había podido pegar ojo, así que, me asomé a las escaleras para escuchar lo que decían.
-No lo entiendo-exclamaba Nekane.-Si sabe que Natalia está en España, ¿qué espera conseguir aquí? ¿Y cómo sabe que ella no está allí?
¿No se había ido? Volví al dormitorio, y cogí mi móvil, de nuevo número oculto y le llamé. Cerré la puerta y me senté en la cama, esperando oir su voz, impaciente.
-¿Ya has llegado a España?-inquirió Drew con voz divertida-.No me mientas, Nat, no estás en Salamanca, no soy tan estúpido como tú te has pensado.
-¿En serio? Yo que pensaba que sí...-Solté un suspiro frustrado bastante falso y de nuevo me centré en la conversación.-¿Has pensado quizá que a partir de las diez ya no hay autobuses desde Madrid a Salamanca, chico listo?
Drew se quedó callado, me lo imagine pensando seriamente que estaba haciendo, y después de un par de minutos en absoluto silencio, se digno a hablar.
-Cierto, es decir, estás en Madrid y me llamas desde el hotel-empezó a inventarse él, yo prefería no llevarle la contraria, así que dejé que hablase.-Mañana cojerás el autobús y volverás a Salamanca, ¿cierto? Irás a casa de tus padres, como debes hacer.
-Exacto. Mi madre tiene ganas de verme y tengo que seguir cuidado de mi hermano, por lo cual, estaré con ellos-asentí con la cabeza mientras él comenzaba a hablar de nuevo.
-Tengo dos billetes de avión para mañana, pero llegaré como tú y me quedaré en Madrid a pasar la noche, y al día siguiente iré a Salamanca, ¿quieres que nos encontremos allí?-preguntó emocionado.
-¿Eh? No, no. Mi hermano no te soporta, ya sabes-me encogí de hombros.-Mira, tú vuelve a casa, y cuando mi hermano esté mejor y yo pueda salir de casa sin ningún riesgo, te llamo y quedamos para estrenar tu coche nuevo, ¿te parece?-propuse con voz sensual.
-¿Y qué pasa con Dougie?-inquirió y pude ver como la puerta de mi cuarto se abría, y Harry y Nekane entraban.
-Ay Drew, Dougie es agua pasada, tenías razón, yo sólo te amo a ti. Fue un error, un gran error!-exclamé con decepción, tenía que ser realista.-¿Entonces te parece un buen plan?
-¡Sí, maravilloso! Entonces, llámame cuando eso sea posible y estrenamos mi coche y todo lo que tú quieras mi vida.
-Oye espera... ¿Cómo es eso de que tienes dos billetes?-dije cayendo en la cuenta, esperando a que Drew me respondiese.
-El de mi hermana y el mío, no creas que el hecho de que Dougie besase a otra era pura coincidencia-rió alegremente.-Pero no te importa, ¿verdad? ¿o sí?
-¿Qué? ¿Importarme, dices?-reí levemente.-Que va cariño, que va. Te veré dentro de poco, un beso...
Colgó el teléfono, colgué el teléfono y me tumbé en la cama, suspirando y miré a Harry y a Nekane que me miraban impresionados.
-Tenía que hacerlo, ¿vale? Es la única forma de que se vaya...-Suspiré y les miré, estaban algo avergonzados.-¿Y bien...?
-Harry y yo vamos a usar el dormitorio de Harry para, bueno, cosas de pareja-Nekane rió nerviosa.-Así que supongo que te molestaremos un poco con el ruido, era sólo para que lo supieses...
-Eh, vale, vale-les miré raro y luego reí.-¿Sabeis si la ducha está libre?
-Estaba Dougie, o al menos acaba de entrar-me dijo Harry mientras cogía a Nekane de la mano y salían de allí.
Me levanté, cogí ropa limpia y la toalla. Salí de la habitación intentando no hacer ruido, podía oír la televisión sonando, por lo que supuse que Danny y Tom estarían viendo alguna película. Abrí la puerta del baño sin hacer ruido, pude oirle cantar. Evité reírme y miré mi pijama, luego miré la ropa de Dougie y dejé la mía junto a la suya.
-¿Vas a tardar mucho?-pregunté mirando hacia la mampára.
Del susto, Dougie se dió contra la mampara, entonces yo me reí sin poder evitarlo. Qué torpe era, por favor. Abrió un poco la mampara y se asomó, sonrió levemente al verme.
-No, ya he acabado-y al mismo tiempo que decía eso, cogió una toalla del toallero, apagó el agua, y se enrolló la toalla a la cintura.-Toda tuya.
Sonreí y esperé a que saliese, pero Dougie no salía. Resoplé mirándole y señalándole la puerta, y él finalmente, rió levemente y salió. Me desnudé y me metí en la ducha, pero al de un rato, oí la puerta abrirse otra vez. Me asomé un poco y vi a Dougie cogiendo su ropa.
-¿Poynter?-inquirí mirándole divertida.
-La ropa...-murmuró mirándome.-¿Sabes? Creo que voy a llevarte la ropa a mi habitación, así no se te moja con el vapor o...
Y salió con mi ropa antes de que yo pudiese decir nada. Suspiré, y me apresuré a ducharme, envolví mi cuerpo con una toalla y salí del baño rumbo a la habitación de Dougie, abrí la puerta y no había nadie, así que me di prisa en vestirme, y cuando iba a salir, Dougie entró por la puerta y me miró riéndose.
-No creía que fueses a venir por la ropa-comentó acercándose a mí.-Pensé que irías a tu cuarto, te cambiarías y volverías... Pero no.
Dio otro paso hacía mi, pero yo seguía estancada en el mismo sitio, sonreí levemente al notar sus brazos rodeando mi cintura con suavidad.
-Doug... Sé que tú no querías besar a la chica esa....-susurré mirándole a los ojos.-Siento no haberte creído.
-No te preocupes-sonrió y besó mi frente.-Entiendo que te pusieses así, lo entendí todo cuando Drew te besó, y aun me duele el labio del puñetazo que me dió.
-Espera aquí-susurré mientras lo hacía sentarse en la cama.-Voy a por el botiquín.
Volví a los cinco minutos, con el botiquín que había en el cuarto de baño y empecé a curarle el labio, era divertido ver las muecas que ponía cuando le pasaba el algodón con el agua oxígenada para desinfectar.
-No puedo creérme que seas tan crío-comenté cuando acabé de curarle el labio.
-Aunque no te lo creas, escuece-se quejó levemente mientras me miraba.
-Espera...-suspiré y soplé sobre la herida, cómo solía hacer mi madre cuando yo era pequeña y me caía jugando en el parque. Dougie me hizo sentarme sobre sus rodillas para que estuviese más cerca de la herida.-¿Mejor?
-Ajá, mucho mejor-comentó mirandome a los ojos, su rostro estaba muy cerca del mio, y podía notar su respiración. Mis ojos iban de los suyos a sus labios, y otra vez a sus ojos, recorriendo el mismo camino un millar de veces. Entonces, Dougie con la mano que tenía sobre mi espalda, me empujó hacia él, atrapando mis labios en un beso dulce y cálido. Sobraban las palabras, ambos lo sabíamos.
Con suavidad, Dougie me quitó la camiseta, y descendió sus manos por mi vientre hasta llegar al botón de mis shorts, casi al mismo tiempo, que yo le sacaba su camiseta, y desataba sus pantalones. Poco a poco la ropa nos fue sobrando y fue acabando en el suelo, a los pies de la cama, pero a mí eso me importaba bastante poco. Me importaban más los labios de Dougie besando cada parte desnuda de mi piel, el calor de su aliento golpeando mi cuello, las caricias de sus manos. Me importaba más él que el resto del mundo. Besé sus labios con suavidad, mientras él entraba en mí.
Y otra vez fuimos uno, y esa vez, estaba significando mucho más para ambos de lo que imaginabamos.

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