domingo, 8 de agosto de 2010

32.

"Just another pretty face, but I want one more taste." All Time Low. "Holly Would you turn me on?"

32

Bajamos a la cocina, allí sólo estaban Tom y Harry comiendo un trozo de pizza cada uno, les saludamos y nos apuntamos a cenar con una sonrisa. Pero faltaba Jones, y por más que miraba por el salón, desde el lugar donde yo estaba, no se le veía en absoluto. Dougie me miró, o al menos, yo noté su mirada fija en mí.
-¿Y Danny?-pregunté curiosa.-Nos vino a avisar y dijo que bajaba a cenar... ¿Dónde se ha metido? ¿Se ha perdido o algo? No sería de estrañar.
-¡Maldición, Georgia!-sus gritos procedían del jardín. Los cuatro nos miramos y nos acercamos en silencio hasta la puerta trasera de la cocina que daba al jardín.-¡No me puedo creer que me hagas esto!
Silencio. Todos sabíamos que Georgia le estaba diciendo algo a Danny. Danny Jones caminaba furioso por el jardín, sin darse cuenta de que nosotros estabamos allí, cotilleando como marujas. Y de nuevo gritos.
-¿Qué?-gritó furioso.-Bien, perfecto, ¡¡¡maravilloso!!! Te has lucido, Georgia Horsley. Te has lucido.
Y de nuevo un silencio, roto por la respiración agitada de Danny, estaba muy sexy enfadado... ¡¡¿En qué estás pensando Nat?!! Suspiré y apreté la mano de Dougie que estaba a mi lado, yo no quería pelearme así con Dougie nunca, y él pareció entenderlo a la perfección, porque me sonrió y besó mis labios en un beso corto.
-¿Ahora sí quieres?-otro grito cortó el aire.-Ahora, después de dejarla escapar una puta vez, ahora a ti te da la gana decirlo a los cuatro vientos.
Tom, Harry y Dougie me miraron, ¿dejarla escapar? Había algo que ninguno de los dos sabía al parecer. Nos miramos entre nosotros, intrigados. ¿Qué le estaría diciendo Georgia?
-Bien, ojalá y no nos crucemos más-gritó por última vez mientras colgaba.
Nos volvimos a ir casi corriendo hacia la mesa de la cocina, y fingimos empezar a cenar otra vez. Danny pasó de largo, subió las escaleras, y dió un portazo al encerrarse en su cuarto. Miré preocupada escaleras arriba, a pesar de todo, era un buen amigo, joder.
-¿Os importa si...?-dejé la frase sin concluir.
-No, ve-Dougie sonrió y besó mis labios. Tan compresivo, que mono.
Puse cuatro trozos de pizza en un plato grande, y lo puse sobre una bandeja, después cogí una lata de coca-cola y la puse también en la bandeja. Subí con tranquilidad las ecaleras, intentando no caerme, mientras oía la risa de los tres chicos en la cocina, juraría que estaban hablando de mí y de la hostia que me iba a poder pegar. Llegué a la puerta del dormitorio de Danny, y llamé con el pie suavemente.
-¡Dejadme solo!-gritó Danny desde el interior.
-Dann, soy Nat-murmuré preocupada.-¿Puedo pasar? ¿Estás bien? Te traigo algo de cenar...
-¿Pizza y coca-cola?-preguntó con voz ahogada. ¿Danny llorando? No.
-Sí, sí, pizza y coca-cola, ¿puedo entrar?
-Vale...-un suspiro.
Entré como pude en la habitación, esa era grande, casi tanto como la de Dougie, dejé la bandeja en la mesa que había por allí cerca y le vi allí, tirado en la cama, con el rostro escondido en la almohada. Me senté a su lado, apoyando mi espalda en la pared, y me quedé mirándole.
-Vete-suspiró de nuevo y levantó un poco el rostro, lo justo para poder mirarme.
-No-negué y aguanté su mirada.-¿Qué ha ocurrido? ¿Estás bien?
-¿Estás preocupada por mí?-inquirió sentandose con lentitud. Yo asentí levemente con la cabeza-.Lo hemos dejado, a voces.
-Vaya... ¿por qué?-pregunté curiosa, él mantuvo su mirada fija en mi y se encogió de hombros.
-Como dice la canción esa, se nos rompió el amor de tanto usarlo...
-O a ella, la cantidad de laca que se echaba, que por cierto, no era normal, le ha dejado secuelas irreversibles-di mi opinión, con naturalidad y con esa frase tan mía, y con esa tontería, conseguí que sonriese, esa sonrisa de Jones que me encantaba.-No me gusta verte mal, Dann.
-Me alegro de que te preocupes por mí-sonrió y besó mi mejilla.-Pero no tenías que haberte molestado, termina pasandome el cabreo...
-No es molestia, bobo-sonreí y le revolví el pelo.-Oirte gritar enfadado no es una de las muchas cosas que me gusta ver.
Se encogió de hombros y se quedó mirandome, curioso. Soporté su mirada, curiosa tal vez, quizá porque estabamos sólos, y la última vez que eso había ocurrido era en Madrid, en España, en aquella habitación dónde decidimos ser amigos.
-Tenias razón-dijo de pronto.
-¿Razón en qué?-no le entendía.
-No eres una más.
Y besó mis labios, en un beso corto, sin profundizar, sólo apretando sus labios contra los mios con suavidad.
-Danny-murmuré girando el rostro.
-Lo sé-sonrió levemente.-Sólo amigos. Eso era...
Le miré, esperando a que terminase su ingeniosa frase, a ver con qué me sorprendia.
-Un anticipo-me guiñó un ojo divertido y yo le golpeé con la almohada.
-Cena, Jones-reí.-Yo tengo que bajar a terminar de cenar, que me has hecho quedarme a medias...
-¡Oye!-se quejó riéndose.-Yo nunca te dejaría a medias...
-¡¡Eres imposible!!-exclamé saliendo de la habitación.
Bajé las escaleras riéndome como una tonta, estúpido Jones y estúpidos cambios de humor los suyos.
-¿Ya está mejor?-preguntó Dougie besándome, eliminando cualquier rastro de Danny Jones de mis labios.-Sabes a pizza-se burló.
-Sí, está mejor-reí.-Lo han dejado-me encogí de hombros.-Ahora es libre de tontear con cualquier australiana que se le cruce.
-Sí, esperemos-dijo Tom.-Cena Nat, que eres la única que no ha cenado.
Asentí, y me dispuse a cenar, acompañada de Dougie y sus "dame un beso, tengo hambre". Sí, lo de Jones era, raro, pero eramos sólo amigos, o al menos, mi intención era esa, y mi relación con Dougie, digamos que era... Espacial.

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