lunes, 2 de agosto de 2010

25.

"It's all just the same as when we sleep together" - ATL. "The Party Scene".

25.

Entré en mi habitación, con una sonrisa en mis labios, mi humor no podía ser mejor en aquellos momentos. No, no podía ser nada mejor. Sonreí alegre y me dejé caer en la cama. De momento, no se me ocurría nada que pudiese estropear ese momento. Y si antes lo hubiese pensado, antes habría ocurrido.
Wide away my mistake so predictable, you were fake, I was great, Nothing personal... I'm walking, who's laughing now? who's laughing, who's laughing now?
La melodía de mi móvil me sacó de mis pensamientos. ¿Quién osaba perturbar mi paz, mi felicidad? Mirar la pantalla fue comprender, que ese estúpido mes que había pasado fuera de Londres, en Salamanca, había convertido todo en algo muchísimo más dificil y estúpido de lo que podía haber imaginado.
Toc, toc.
La puerta. ¿Qué atendía primero? Suspiré, descolgué el móvil, y lo puse sobre mi oreja, me levanté de la cama de un salto y abrí la puerta. Iván y Alexander entraron en mi cuarto, mientras yo seguía discutiendo por teléfono.
-Te exigí que me dejases en paz, que te alejases de mí-suspiré y me senté en la cama.-¡Drew, no es tan dificil de entender!
Oía su voz, sus berrinches, sus palabras, oía sus excusas, sus motivos. Oía tantas cosas que ya me había cansado de ello. Alexander extendió su mano, obligandome a darle el teléfono móvil.
-Mira chaval, olvídate de que este número existe, porque no tengo ningún problema en ir y partirte la cara personalmente. Y creéme, tengo suficientes amigos como para encargarme de que no puedas levantarte de la cama un par de añitos-dijo con tranquilidad mirandome, sonrió levemente.-Pues, eso es. Muy bien. ¡Lo has pillado! Olvídate de Nat. Olvídate del número. Olvídate de todo lo que ocurrió aquel día.
Me devolvió el teléfono mientras susurraba que Drew le había colgado. Suspiré frustada, finalmente, tendría que cambiar de número de móvil por su culpa. Habían pasado tantísimas cosas en aquel mes... Suspiré y me levanté de la cama. Besé la mejilla de Alexander y les conté que iba a ir cenar con unos amigos. No les pareció tan divertido, pero como ellos iban a bajar en esos momentos, decidí acompañarles y después subir a la habitación de los chicos.
Salí al pasillo, empujando la silla de ruedas de Alexander, mientras que Iván cerraba la puerta de mi habitación.
-No, no... Vamos a hacerlo más divertido-Alexander sonrió, me obligó a sentarme sobre sus piernas, sin hacerle daño, mientras que Iván empezaba a mover la silla de un lado para otro, moviéndola hacia delante, hacia atrás.
Entre bromas, risas y estúpideces llegamos hasta el ascensor, y cuando quise bajarme para ponerme en pie, mi queridísimo hermano no me dejó. Y allí estábamos, los tres. Iván de pie, riéndose de mí. Yo sentada sobre las piernas de mi hermano, y mi hermano sujetándome por la cintura para que no me cayese.
-Tengo que tener unas pintas muy divertidas, ¿no?-reí mientras miraba a Iván, que se reía y asentía a la vez.-Sois muy simpáticos vosotros.
Les saqué la lengua, a la vez que el ascensor se detenía en la planta del restaurante. Cuando las puertas se abrieron, mis ojos se toparon con unos ojos azules, que recordaba perfectamente, y que había visto, hacía pocos minutos. Me bajé de la silla de Alexander, dejando que él e Iván fuesen a cenar.
-Me alegro de volver a verte-dijo Danny mientras entraba en el ascensor.
De nuevo, como aquella vez en el estudio de Londres, él y yo, en un ascensor. Suspiré y sonreí.
-Y yo me alegro de veros, a todos, de nuevo-dije mirandole.
Él avanzó unos pasos, y me abrazó, con suavidad. Besó mi cabeza y se separó un par de centímetros de mí.

-¿Era... tu novio?-titubeó curioso.
Yo le miré sin entender el por qué de esa pregunta, y él aguantó mi mirada, sin prisa, sin nerviosismo, sólo con una curiosidad que llegaba hasta los huesos.
-Es mi hermano-respondí.
-¿Y el otro chico...?-me miró de nuevo.-El que estaba de pie.
-¿Iván? Es su mejor amigo-expliqué y me encogí de hombros.-¿Por qué preguntas todo eso?
-Porque es bastante obvio, te has olvidado rápido de mí. ¿Signifiqué tan poco?-su voz dejaba notar un deje de tristeza, y me corazón reaccionó, encogiéndose.
-No-suspiré mirando al suelo, incapaz de mirarle.-Pero pensé que ya no te volvería a ver, lo cual va a ser cierto, porque yo solo os volveré a ver de lejos y... No es demasiado agradable seguir enamorada de una persona que tiene novia y que encima, nunca volverás a ver cara a cara, resulta frustrante.
-Es decir, decidiste verme sólo como un amigo, para así no frustrarte tú sola-sonrió y besó mi mejilla.-Entonces me tocará volver a enamorarte de nuevo cuando estemos en Australia.
Me guiñó un ojo al tiempo que salía del ascensor. Le seguí hasta que llegamos a la habitación de Dougie y de Danny. Cuando entramos, pude ver a Tom y a Harry sentados en la cama, y sin pensármelo demasiado me lancé sobre ellos. Abrazándoles como podía.
-Dios, dios, dios, dios-reí abrazándoles.-Lo que os he echado de menos.
-Y nosotros a ti-respondió Tom abrazándome con fuerza.-¿Qué tal todo por aquí?
-Sí, cuéntanos, ¿por qué te marchaste?-Harry me miró curioso.
-Mi hermano tuvo un accidente de moto-expliqué, y los chicos se miraron entre ellos.-Así que, mi madre me obligaba a quedarme en Londres, pero, cómo podeis esperar, yo no me iba a quedar allí mientras mi hermano estaba ingresado en el hospital. Pillé el primer avión, os dejé la cinta de vídeo... No sé, eso fue todo.
-Bien... Lo hiciste genial-Harry sonrió.-Es lo que habría hecho cualquier hermana.
Los chicos se levantaron, y empezaron a caminar hacia la puerta.
-Nos vemos en el restaurante-dijo Danny mientras salía con Harry y con Tom.
Me senté en la cama, mirando a Dougie, que sonreía divertido mientras me miraba. Soporté su mirada, se sentía tan bien estar ahí con él, como antes.
-¿Por qué Danny?-preguntó de pronto mirándome curioso.-Quiero decir, había un montón de chicos en Londres, ¿por qué Danny?
-Realmente, al principio no me gustaba-expliqué encogiéndome de hombros.-Pero él dijo que lo conseguiría, empezó a hacer cosas que poca gente haría por mí... Y acabó ganándose a pulso que lo quisiese.
-¿Qué cosas?-me miró de nuevo sin entender.
-Aunque todo el mundo creyese que no me prestaba atención, él lo hacía. Y cuando sabía que sólo estábamos nosotros dos, me besaba a traición, y después se retiraba, diciendo...
-Diciendo algo de esas normas imaginarias que siempre tienes en la cabeza-sonrió y asintió.-Me habló de ellas, pero había muchas más que él no sabía.
Se levantó y me tendió la mano, con una sonrisa en sus labios. Agarré su mano y me levanté. Dougie me abrazó, sujetándome por la cintura. Minutos después, ambos estábamos en el ascensor, bajando hacia el restaurante.
-Espera, espera-murmuró.-El día que Danny cantó Obviously... ¿Qué ocurrió en el coche?
Le miré y me ruboricé levemente.
-Nos besamos. Varias veces-confesé.
-¿Os? Eso quiere decir que tú respondiste a sus besos...-suspiró frustrado.
-Sigo sin entender a qué viene este interrogatorio, Doug-murmuré acercándome a él.
-Viene a esto-acercó su rostro al mío.
Notaba su aliento contra mis labios, pero las puertas del ascensor se abrieron y Dougie se separó de mí, aun sujetando mi cintura.
-Quizá en otra ocasión-sonrió de lado y salimos del ascensor, rumbo al restaurante.

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