viernes, 30 de julio de 2010

22.

"Don't worry, I fight dirty." All Time Low - Hello Brooklyn (L)

22.


Había pasado ya un mes desde que dejé Londres atrás y regresé a España, a cuidar a mi hermano. Alexander había mejorado mucho, asistía a rehabilitación, los puntos de su abdomen estaban curados y sólo le quedaba una fea cicatriz. Pero a él todo le quedaba sexy, yo sólo pude reír al escucharle. Podía andar gracias a la silla de ruedas o al par de muletas que le habían dado en el hospital. Todo estaba perfecto, yo había conocido a su mejor amigo, Iván, y él se había encargado de ayudarme con mi hermano cuando mis padres se marchaban de viaje. Alexander me contaba cada día una historia diferente sobre la época en la que yo había estado en Londres, todas sus tonterías, cómo ocurrió el accidente, y lo poco que recordaba sobre ello. Iván y yo le ayudabamos en todo lo que podíamos, pero muchas veces, Alexander me obligaba a descansar e Iván me sustituía. Podría decir que me agradaba poder descansar y dejar de cuidar a un hermano lesionado, pero no era así.
Quería estar con él, quería cuidarle, quería demostrarle que no estaba enfadada porque él hubiese tenido ese accidente de moto, y que no me importaba haber perdido el intercambio por él. Incluso le enseñé las conversaciones que mantenía con Aaron, el hijo de los Carter y sus amigos, y aunque no había vuelto a hablar con los chicos, no les culpaba, supuse que estarían enfadados y que además, tenían mejores cosas que hacer que comunicarse conmigo. Yo, por el momento, me estaba quedando con los mejores días de aquellos que pasé en Londres, los paseos, el London Eye.
Sí, puede ser que hubiese perdido mucho tiempo y que ese tiempo, lo pudiese haber pasado en Londres, pero me sentía mejor en Salamanca, ayudando a mi hermano. Porque eso era lo que una verdadera hermana hacía, estaba allí cuando más se necesitaba.
-Too much, too much, too much-tarareé mientras le llevaba el desayuno a Alexander a la cama.
-Buenos días, cantante-rió mientras se incorporaba con cuidado.-¿Qué me has preparado hoy?
-Tostadas con mantequilla y mermelada, café, y zumo de naranja. Además tienes unas cuantas galletas-sonreí y besé su mejilla.-Luego paso a ayudarte a vestirte, ¿o a eso puedes solo?
-Puedo solo, sí-sonrió y me revolvió el pelo.-¿A qué hora pasa Iván a por nosotros?
-Sobre las cinco de la tarde-dije mientras me levantaba de la cama.-Ya sabes que a Papá y a Mamá les va a encantar vernos en la puerta del aeropuerto.
Salí de la habitación de Alexander y me tumbé en el sofá, mirando el techo. Hacía un mes y dos semanas o más que cogí un avión hasta Londres, volver ahora a recoger a mis padres me producía una sensación de tristeza, nostalgia... Suspiré y miré mi móvil, que sobre la mesa, estaba vibrando. Lo cogí y respondí, sin mirar la pantallita.
-¿Sí?-inquirí como hacía normalmente.
-Si me hablas en español, me parece que no vamos a poder entendernos-la voz se rió y mi corazón palpitó mucho más fuerte.-¿Sigues ahí?
-Creo que estoy desvariando-murmuré limpiandome las lágrimas.
-¿Por qué?-inquirió él, siguiendome el juego. Podía imaginarmelo sonriendo.
-Porque creo que estoy hablando con Dougie Poynter-había cambiado solo una palabra, pero eso era suficiente para que yo estallase en lágrimas.
-No, soy Dougie Poynter-rió.-¿Estás llorando?
-No, no-reí torpemente y sollocé.-Es sólo que... Hace un mes que no sé de ti Dougie...
-Te fuiste-dijo suavemente.-Te hemos echado de menos y pues... Tom me ha dicho que te debe un viaje a Australia, y vamos a ir para allá en breves...
-No puedo ir-suspiré limpiandome las lágrimas.-Mi hermano ha tenido un accidente de moto, por eso tuve que volver.
-Ah, oh, vaya... ¿Y está bien?-preguntó curioso.
-Sí, sí... Hoy vuelven mis padres de un viaje, y supongo que se quedarán con ellos... ¿Dónde estáis?-pregunté. Oía mucho ruido de fans.
-Madrid-dijo feliz.-Tom dijo que él no se iba sin volver a verte, y Danny le apoyó.
-Voy a ir hoy-exclamé feliz.-¿Dónde estáis? ¿En el Palace?
-Sí, sí, ya sabes, dí que eres la prima de Judd, cómo antes-rió y yo sonreí.
-Dougie. Te quiero-dije sincera.-Mucho, muchísimo. Y hoy te veo, aunque sea lo último que haga, prometido.
-Oh, me siento halagado. Te veo hoy entonces, te quiero preciosa-ambos colgamos.
Empecé a saltar en el sofá como una estúpida. Dios, hacía tanto que no los veía... Tenía que estar estupenda.
-Alex, alex-dije entrando en su dormitorio.-Nos quedamos a dormir en el Palace, así descansan ellos y nosotros nos tomamos un día libre, voy a avisar a Iván y conseguir habitaciones.
Claro, para que descansen ellos. Reí para mí y llamé a Iván, conseguí tres habitaciones, y preparé una mochila con mi ropa, y otra con la de Alexander, después metí gominolas en mi bolso con forma de guitarra, mi móvil, mi Ipod y todo lo que necesitaría para el viaje. Me puse unos pantalones cortos, y una camiseta larga de tirantes de los Beatles.
A las cinco de la tarde, estabamos en el portal, esperando a Iván.

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