viernes, 30 de julio de 2010

21.

"I'm exactly where I'm supossed to be now." - Demi Lovato. "This is me".

21.

Mi padre me llevó a casa, me duché, me cambié de ropa, cogí mi guitarra y mi Ipod y volví al hospital, donde mi hermano seguía en la cama. Había tenído un accidente de moto, bastante grave, y le tuvieron que operar de urgencia. Gracias a Dios, estaba recuperandose, lentamente, pero lo hacía. Me senté en el sillón al lado de su cama, mientras le veía dormir, parecía tan niño... Me puse los cascos del Ipod y encendí la música... Mi menté se dedicó a divagar, a pensar qué estarían haciendo los chicos...

Casa de los chicos.
11:00 AM. Londres.


-Ponlo-pidió Dougie mirando a Tom, que sostenía en su mano un sobre de color marrón. El mismo que el día anterior, Nat había dejado en el buzón de su casa.-A lo mejor es de alguna fan.
Ninguno sospechaba que era de Nat, aun a pesar de no haberla visto, suponían que seguía durmiendo.
-Danny, ven!!-gritó Harry mientras se acomodaba en el suelo.-Alguien nos ha enviado una cinta de vídeo.
Danny Jones se acomodó al lado de Harry, acababa de ducharse, porque tenía todo el pelo empapado y chorreando. Tom Fletcher le dio al play, y la cinta de video comenzó a reproducirse. Los cuatro chicos no se creían lo que estaban viendo, o se negaban a creérselo.
-Me voy-dijo la chica de la cinta de video, esa chica que en esos momentos, estaba en el hospital, cuidando de su hermano.-Ha habido problemas en España, y me necesitan allí.
Los chicos se miraban entre ellos, sin entender, sin creer que ella se hubiese ido.
-Sé que esto no es lo que habríais esperado, que pensabais que me iba a quedar más tiempo con vosotros, yo también lo pensé, chicos... Pero los problemas no se planean, y nadie viaja imaginando que mientras va a estar fuera, va a ocurrir algo grave-Nat emitió una sonrisa débil y continuó con su discurso.-Como bien dice la canción de "She Left Me". No os preocupeis, estaréis bien, no me necestais...-Suspiró algo triste.-Tom Fletcher. Podría darte un millón de razones por las que vas a continuar siendo uno de mis modelos a seguir, tu sonrisa, tu carisma, tu carecter, la facilidad con la que compones o toda esa energía que desprendes encima del escenario. Tu manera de ser me ha hecho sentirme mejor muchas veces, y tus abrazos siempre me han reconfortado, ya lo sabes. Has sido un gran amigo Fletcher, y te quiero mucho...
Tom Fletcher sonrió mirando a la pantalla de su televisor, le hubiese gustado decirle a la chiquilla esa que estaba a punto de llorar que la necesitaban, que todos la necesitaban... y que le hubiese gustado pasar más tiempo con ella, enseñarle a tocar esa canción que tantas ganas tenía Nat de aprender, le habría gustado decirle muchísimas cosas, y realmente, por esos momentos, sabía que no sería probable conseguirlo.
-Harry Judd-la chica sonrió y suspiró.-Quiero que sepas, que seguirás siendo mi primo, seguirás siendo aquel que me propone tomar leche en vez de coca-cola, y aquel que va golpeando con las baquetas todas las encimeras de la cocina cuando no tiene nada mejor que hacer. Sabes que adoro tu sonrisa, así que, por favor, Harry, no dejes de sonreír. Porque adoro tu energía, adoro que lo des todo ahí encima, que en las pelis te dediques a asustarme, o que me proponga planes absurdos... Gracias.
Harry Judd suspiró lentamente. La iba a echar de menos, eso no podría dudarlo, porque Nat, había sido la prima perfecta y además, iba a ser su hija adoptiva, y la de Tom Fletcher, eso no podía olvidarlo, se lo había prometido... Y también Tom y él se habían propuesto llevarsela a Australia con ellos en un pequeño viaje, pero ahora ella estaba de vuelta en España, por problemas, problemas que a ellos no les habían explicado, problemas que seguramente, necesitasen de su presencia mucho más que aquellos cuatro chicos que estaban sentados en el suelo de aquel salón.
-Douglas Lee Poynter-anunció Nat, y Dougie levantó la mirada del suelo, fijándola en el televisor.-Sé que esto te duele, mi niño. Yo no tenía el valor para despedirme de vosotros, no tenía el valor de ver esos ojos azules, no tendría el valor de irme si tú me abrazases y te negases a soltarme... Eres uno de los mejores amigos que he podido tener, y lo sabes. Siempre me has escuchado, me has aconsejado... Y con tus tonterías, me has hecho reír. Te quiero muchísimo Dougie, tenlo en cuenta. Y quizá algún día, cuando menos te lo esperes, estaré allí, volviendo a meterme con tus lagartos.
Dougie no pudo evitar sonreír, mientras se enjuagaba los ojos con el dorso de su mano. Le dolía, le dolía que ella misma no se lo hubiese dicho en persona, pero también entendía sus motivos, y también sabía que Nat lo estaba haciendo todo por una buena razón. Pero le hubiese gustado decirle que él si la necesitaba, que parte de si mismo se había ido con ella, porque a pesar de tener sólo diecisiete años, Nat era demasiado madura para su edad, tenía las ideas claras y siempre había dicho lo que pensaba.
-Danny Jones-el chico en cuestión miró la pantalla y después desvió la mirada.-Sonríe, joder, no me he muerto, payaso! Sigo viva, quizá a un montón de kilómetros de vosotros, de ti, vale, lo admito. Pero estoy en alguna parte de este planeta, que como otra fan cualquiera, espera impaciente a que Danny Jones, Tom Fletcher, Dougie Poynter y Harry Judd se desnuden encima del escenario en algún concierto al que asista. No quiero verte mal, no quiero veros mal. Así que sonríe, sabes que voy a estar bien, no hay de qué preocuparse. Además, Georgia y Giovanna os van a vigilar por mí, os cuidarán por mí... Quizá no debería decirtelo, pero no voy a tener otra oportunidad, porque quizá no nos volvamos a ver... Pero lo conseguiste. Y sabes a qué me refiero.-La chica de la televisión sonrió levemente de nuevo, y se enjuagó los ojos.-Portaros bien, sed felices, cumplir vuestro sueño y el de miles de fans que os siguen. Os quiero mucho.
La cinta de video había terminado. Danny Jones se quedó mirando la pantalla negra, con una débil sonrisa en sus labios, y la tristeza recorriendo su columna vertebral. No era justo que ella se marchase cuando él lo había conseguido, nada justo. Y sí, puede que pareciese una tontería, pero seguramente, pensar que ella se iba a olvidar de él, le hacia sentirse inútil. Suspiró, le hubiese gustado decirle que la quería una última vez, que tanto él como Dougie la necesitaban para sentirse bien consigo mismos. Porque tanto Dougie como Danny habían hablado de Nat un millón de veces, y ambos sabían como el otro la quería. Y no era del mismo modo, o al menos, eso habían dado a entender ambos.
-Se ha ido-determinó Dougie y suspiró.-Ya sabíamos que no iba a durar para siempre.

12:30 AM, España.
Hospital Universitario, Salamanca.

Cuando abrí los ojos, vi como Alexander me miraba divertido, aun seguía en aquella cama, pero sonreía más amenudo, y mejoraba, eso era sencillo.
-¿En qué piensas?-me preguntó mientras le observaba comer.
-Londres-reí.-Y en ti, en que estás mejorando, y en que eso es lo que importa.
-No me ha gustado fastidiarte las vacaciones, lo sabes-sonrió tristemente.-Sé que cuánto adorabas ese intercambio, y por mi culpa ahora estás en Salamanca, encerrada de nuevo.
-Cállate estúpido-exclamé riendo.-Come, si no comes, no te pondrás fuerte, y si no te pones fuerte, seguiré ganándote a la play!
Le saqué la lengua y ambos terminamos riéndo.

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